Ecografía a las 20 semanas: ¿por qué es tan importante?

La ecografía a las 20 semanas de embarazo, llamada técnicamente “ecografía morfológica de las 20 semanas”, es la más esperada y, a la vez, la más temida por las mujeres embarazadas.

Y es que, cuando la gestación llega al segundo trimestre, el bebé ya se encuentra en un estado de desarrollo bastante avanzado, lo que permite ver más claramente si hay alguna posible anomalía o malformación en el feto.

Veamos en qué consiste esta prueba y qué se valora exactamente en ella.

Cómo es el feto a las 20 semanas de embarazo

 

Recordemos primero, que en la semana 20 del embarazo, la gestación ha llegado a su ecuador y el feto ya mide unos 20 centímetros y pesa casi un cuarto de kilo. Es cuando empiezan a notarse los movimientos del bebé en el vientre. Estas “pataditas” ayudan al pequeño a entrenar su musculatura, que se está desarrollando.

La piel del feto en esta etapa, cubierta por una grasa protectora llamada “vérnix caseoso”, ya tiene todas sus capas, y las uñas y el pelo continúan su crecimiento. Ya se le pueden ver las cejitas y las pestañas.

Además, el corazón, los riñones, el hígado, la columna, los genitales y el intestino están prácticamente formados y comienza su maduración final.

Un dato interesante es que, en la semana 20 de embarazo, el feto alcanza el punto álgido de desarrollo neuronal: cada minuto produce nada más y nada menos que 100.000 neuronas nuevas. No obstante, estas neuronas están vacías. Poco a poco,  se irán llenando de contenido y conectándose entre sí para producir pensamientos. 

En qué consiste la ecografía a las 20 semanas

La ecografía morfológica de las 20 semanas es una prueba indolora, que no implica radiación ni exposición y en la que se valora toda la anatomía del feto.

Esta prueba, que dura una media hora, se realiza poniendo una sonda de ultrasonidos sobre el abdomen de la madre o por vía endovaginal, para que esos ultrasonidos sean transformados en imágenes. Es el mismo procedimiento que se utiliza normalmente en la ecografía de las 12 semanas y en la ecografía de las 8 semanas. 

La particularidad de la eco de las 20 semanas es que no solo se toman las medidas del feto, sino que se examina órgano por órgano, con el objetivo de diagnosticar posibles anomalías y/o malformaciones, en cuyo caso se ampliará el estudio con pruebas más exhaustivas, como una amiocentesis o una resonancia magnética.

Entre las anomalías que se pueden detectar gracias a la ecografía morfológica, figuran la espina bífida y la hidrocefalia. También es posible calcular el riesgo de preeclampsia (hipertensión del embarazo), de parto prematuro y de pérdida gestacional.

Qué se evalúa exactamente en la ecografía morfológica

Como hemos explicado, la ecografía morfológica es muy minuciosa, ya que analiza muchas variantes del estado de desarrollo del feto. En este sentido, se distinguen varios tipos de evaluaciones:

Evaluación anatómica

Se centra en las distintas partes del cuerpo del feto. En la parte alta, se examina el cráneo y el cerebro del feto. También se explora toda la cara, incluyendo ojos, nariz, labios y perfil.

Del diafragma, se estudian el corazón y los pulmones, mientras que, a nivel abdominal, se miran el estómago, los riñones, la vejiga, el hígado y el intestino.

Por último, se valoran también la columna vertebral, la pared abdominal y las extremidades.



Evaluación del líquido amniótico

Tanto si se observa un aumento del líquido amniótico  como una disminución del mismo, es posible que haya alguna anomalía fetal, ya que este líquido ayuda al feto a moverse en el útero y le permite desarrollarse de forma apropiada.



Doppler de arterias uterinas

Midiendo el flujo que pasa a través de las arterias uterinas mediante ecografía Doppler, se puede interpretar cómo está funcionando la placenta y valorar el riesgo de algunas complicaciones del embarazo, como la ya mencionada preeclampsia o el retraso de crecimiento intrauterino (crecimiento del bebé).

Asimismo, se observa mediante Doppler si la forma en que la placenta está implantada tapa parcial o totalmente el cuello del útero, lo que puede condicionar que el parto sea natural o por cesárea.



Evaluación del cuello uterino

La longitud del cuello uterino o cérvix de la madre  ayuda a predecir un posible parto prematuro. Se entiende que mientras más corto sea el cuello del útero, mayor riesgo habrá de que se adelante el parto, aunque no hay un consenso científico sobre ello.

Esta medida se realiza con más precisión mediante una ecografía endovaginal, pero también hay quien opta por la ecografía abdominal.



Evaluación del crecimiento fetal

Durante la ecografía morfológica, se realizan mediciones de los distintos segmentos corporales del feto y se comparan con unas tablas estandarizadas de crecimiento intrauterino para determinar si el feto está creciendo de forma proporcionada.



En vista de todo lo que implica la ecografía a las 20 semanas de embarazo, es normal que, si están a punto de hacértela, sientas algo de temor. Pero piensa que, en muchos casos, un diagnóstico precoz permite decidir, por ejemplo, si es necesaria una mayor vigilancia médica de tu embarazo, el inicio de algún tratamiento o la programación de una cesárea que evite un parto traumático.

Además, como en la semana 20 el feto está muy formado, se le saca mucho partido a las ecografías 3D y 4D, con las que vas a disfrutar contemplando en directo la carita y los movimientos de tu bebé. 😍