Quizás estés pasando por ese momento en que, incluso semanas después de haber dado a luz, tu barriga está abombada y flácida, y se ve un hueco por el centro cuando te levantas . Es lo que se conoce como “diástasis abdominal” y la sufre un 66% de las embarazadas a partir del tercer trimestre de gestación y cerca del 80% tras el parto.
Vamos a ver por qué se produce esta distensión abdominal y cuál es la mejor forma de tratarla.
Causas y síntomas de la diástasis abdominal
Para entender mejor por qué se produce la diástasis abdominal, tienes que visualizar el músculo recto que todos tenemos en el abdomen y que se extiende desde la línea media del pubis hasta el borde inferior de la caja torácica:
Es un músculo par y aplanado, que, además de ayudarnos a tener la espalda recta y a flexionar el tronco, mantiene nuestras vísceras en su sitio, a modo de muro de contención.
¿Qué pasa con los músculos rectos cuando estás embarazada?
Pues que, por el crecimiento y la dilatación del útero, estos músculos se van apartando hacia los lados y dejan en el centro una separación que puede tener de 2 a 10 cm.
Cuando esto sucede, una de las primeras consecuencias es que la mujer que lo padece ve cómo se produce un abombamiento en el centro de su barriga, debido a que sus órganos internos se desplazan hacia delante por no contar ya con esa contención de los rectos, sino solo con un tejido conectivo que se ha quedado laxo.
Un consejo que te damos para palpar la separación de los músculos abdominales es que te tumbes de espalda y eleves la cabeza. La separación se encuentra a la altura del ombligo.
Aparte de esa flacidez y del abombamiento de la barriga, que es más una cuestión estética, otros síntomas de la diástasis abdominal son:
- Dolor abdominal, lumbar o pélvico durante el esfuerzo físico.
- Problemas digestivos: gases, estreñimiento, malas digestiones…
- Trastornos del suelo pélvico, como incontinencia urinaria o prolapso.
- Molestias en las relaciones sexuales.
Diástasis: ¿qué se puede hacer para tratarla?
Aunque hayas oído decir que la diástasis desaparece por sí sola a los pocos meses del parto, lo cierto es que, normalmente, se necesita algo de ayuda.
Para empezar, las mujeres jóvenes pueden minimizar los efectos de la diástasis abdominal si, cuando estén planificando quedarse embarazadas, refuerzan el tono muscular de su abdomen con ejercicios específicos.
Como esto no siempre es posible, una vez se produce la diástasis, es aconsejable tratarla para no sufrir las secuelas que hemos mencionado anteriormente.
Ejercicios para la diástasis abdominal postparto
Para empezar a hacer ejercicios de fortalecimiento abdominal tras el parto, es importante que primero tu médico lo valore, puesto que puede ser contraproducente justo durante las primeras semanas después de dar a luz. Incluso, los músculos rectos llegarían a separarse más.
De hecho, esas primeras semanas, debes evitar levantarte de la cama incorporándote hacia delante. Es mejor que lo hagas apoyándote de un lado primero.
Una vez el médico considera que puedes hacer deporte, lo más recomendado para la diástasis abdominal no son los abdominales clásicos ni nada que implique presión en la zona del abdomen. En su lugar, los abdominales hipopresivos son los más indicados, ya que te ayudarán a reducir la presión en las cavidades torácica, abdominal y pélvica.
Este tipo de abdominales se realizan adoptando determinadas posturas, a la vez que se ejecuta una apnea durante unos segundos.
Lo mejor es que te guíe un fisioterapetuta o un entrenador personal, pero puedes ir también aprendiendo la técnica con tutoriales como el del siguiente vídeo:
Tratamiento con fisioterapia
Si tu diástasis abdominal posparto es más bien leve, te pueden ayudar unas sesiones de fisioterapia, en las que combinarás el uso de una faja con ejercicios asistidos, basados en contracciones isotónicas e isométricas de los músculos transversos y oblicuos, los cuales forman nuestra faja abdominal natural.
Cirugía para diástasis grave
Por último, solo cuando los daños producidos por la diástasis abdominal son más severos – mucha piel sobrante en el abdomen, mucha separación de los rectos, hernias, etc-, se recurre a la cirugía.
En estos casos, tanto antes como después de la intervención, el tratamiento se complementa con la fisioterapia.
Por tanto, la diástasis abdominal, aunque es antiestética y molesta, no siempre reviste la misma gravedad y, la mayoría de las veces, tiene fácil solución.