El colecho es una práctica que puede ser maravillosa durante los primeros años de vida de un bebé, pero también llega un momento en que los padres deciden que es hora de que el pequeño duerma en su propia cama o cuna. Este proceso puede ser un desafío, pero con paciencia y algunas estrategias, la transición puede ser suave y positiva tanto para el niño como para los padres.

Cuándo es el momento adecuado para dejar el colecho
Decidir cuándo dejar el colecho depende de cada familia y de las necesidades del niño. No existe una edad exacta, pero hay algunas señales que pueden indicar que es hora de dar el siguiente paso:
- Mayor independencia del niño: Si el pequeño empieza a mostrar interés por hacer cosas solo o por explorar nuevos espacios, puede ser un buen momento para fomentar su autonomía también en el sueño.
- Interrupciones del sueño: Si compartir la cama ya no resulta cómodo para los padres o para el niño debido a interrupciones frecuentes, es una buena señal de que el colecho ha cumplido su ciclo.
Preparación para el cambio: Cuando tanto los padres como el niño están listos emocionalmente para la transición, es el momento adecuado para intentarlo.

Cómo hacer la transición del colecho a la cama
Hacer que el niño pase de dormir en la cama familiar o de su cuna colecho a su propia cama puede requerir tiempo y esfuerzo, pero siguiendo algunos pasos clave, el proceso puede ser más sencillo:
- Hablar sobre el cambio: Explica al niño por qué es importante que tenga su propio espacio para dormir. Usa un lenguaje positivo y adaptado a su edad para generar entusiasmo sobre la idea.
- Crear un entorno acogedor: Prepara la habitación del niño para que sea un espacio cómodo y atractivo. Permítele elegir elementos como ropa de cama o peluches que hagan su cama más personal y acogedora.
- Establecer una rutina de sueño: Una rutina consistente antes de dormir, como leer un cuento o cantar una canción suave, puede ayudar al niño a relajarse y sentirse seguro en su nueva cama.
- Ser gradual: Si el cambio completo parece abrumador, considera transiciones intermedias, como una cuna colecho junto a la cama o pasar tiempo en su habitación durante las primeras noches.
- Ofrecer refuerzo positivo: Celebra los logros del niño durante la transición, por pequeños que sean. Esto puede incluir elogios o pequeñas recompensas por dormir en su propia cama.
- Paciencia y flexibilidad: Es normal que el niño tenga días en los que quiera volver a la cama familiar. Mantén la calma y sigue ofreciendo apoyo y consuelo para ayudarle a adaptarse.

Beneficios de la transición
Pasar del colecho a dormir en su propia cama aporta beneficios importantes tanto para el niño como para los padres. El pequeño ganará autonomía y confianza, lo que será clave para su desarrollo emocional. Los padres, por su parte, recuperarán espacio personal y una mejor calidad de sueño, lo que también beneficia la dinámica familiar.
La transición del colecho a la cama es un paso importante en el crecimiento del niño y en la evolución de la vida familiar. No hay una única forma correcta de hacerlo, pero con amor, paciencia y estrategias adecuadas, este cambio puede ser una experiencia positiva y enriquecedora para todos.