Por los múltiples beneficios de la lactancia materna, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar al bebé un mínimo de seis meses y, a ser posible, seguir hasta los dos años. Pero esta referencia no siempre es válida para decidir cuándo dejar de dar el pecho.
Cada madre y su bebé tienen sus propias circunstancias. En muchos casos, dejar de dar el pecho representa para la mujer el final de un periodo muy íntimo y especial con su bebé.
No hay un momento más adecuado para dejar de dar el pecho
Después de seis meses alimentándose exclusivamente con leche materna, se recomienda que el bebé se vaya acostumbrando lentamente a los alimentos sólidos además del pecho. Pero aquí lo realmente importante son los sentimientos de la madre y del bebé.
Algunos niños no tardan en perder interés por el pecho de la madre, mientras que otros siguen pidiendo teta hasta que alcanzan la edad de un año o incluso más.
Realmente, dar el pecho durante un largo periodo es bastante inusual, pero la Medicina apoya una lactancia materna duradera: los bebés que reciben leche materna durante más de seis meses son menos propensos a sufrir infecciones de oído o diabetes. Además, se ha demostrado que en las madres disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovarios, así como la osteoporosis.
Destete respetuoso: el bebé decide cuándo dejar el pecho
La forma más sencilla y armoniosa de destete es que el bebé decida cuándo ha llegado el momento de hacerlo, sin importar si es después de meses o de años.
Lo ideal, por supuesto, es que el criterio del bebé se sincronice con el de la madre y que pierda el interés por la lactancia justo cuando ella tenía pensado dejar de dar el pecho. Pero muchos niños se adelantan a esta decisión.
Y es que, cuando llega a un cierto nivel de desarrollo, el bebé, de repente, encuentra todo lo demás más interesante que la lactancia materna y, a partir de este momento, empieza a querer comida variada. En ese caso, debes aceptar la decisión de tu peque y no seguir presionándole para que siga tomando el pecho. Tendrás, entonces, que pasar al biberón y, más tarde, a los potitos.
No obstante, si ese rechazo de tu bebé a ser amamantado se produce cerca del final del cuarto mes de vida, consulta con tu médico o comadrona lo antes posible para averiguar por qué y cómo puedes motivar al bebé para que continúe con esa alimentación. Por lo general, suele tratarse de una actitud pasajera.
Destete lento: desacostumbrarse del pecho poco a poco
Si tu bebé no rechaza la leche materna antes de los seis meses, serás tú quien decida cuándo dejar de dar el pecho.
Lo mejor es que, una vez consideres que ha llegado el momento, lleves a cabo un destete lento, es decir, de forma progresiva.
Debes dejar al menos una semana entre cada etapa. Durante este tiempo, no sólo tu bebé sino también tu pecho se acostumbrarán a la nueva situación y tu producción de leche se reducirá debido a la menor demanda.
Primero, reemplaza una comida con biberón o, si la edad de su hijo lo permite, con una papilla infantil. Luego completa la comida con leche materna. El bebé puede tardar algunas semanas en beber menos leche.
Es recomendable que mantengas la lactancia materna en las mañanas y noches durante el mayor tiempo posible, ya que esta comida materna también es emocionalmente importante para tu bebé al final del día.
Poco a poco, tu cuerpo se adaptará a la supresión de tomas e irá produciendo menos leche.
Destete rápido: inevitable a veces
El destete rápido puede ser necesario por varias razones: enfermedades, otros sucesos imprevistos o si la madre no quiere dar el pecho desde el principio.
No es muy sencillo un destete brusco, por lo que siempre se recomienda la ayuda profesional. Bajo determinadas circunstancias, la mastitis y la obstrucción mamaria pueden llegar a ser muy dolorosas y problemáticas.
Sin embargo, las compresas frías, los sostenes bien ajustados, palparte el pecho y los masajes suaves te ayudarán generalmente a controlar la producción de leche y a aliviar las molestias al cabo de unos pocos días. En caso de dolor intenso o fiebre, tendrás que ver a un médico inmediatamente.
El destete rápido también significa un gran cambio para tu bebé, que tiene que lidiar con él física y mentalmente, al igual que tú. Durante este tiempo, deberás dedicarle más atención que en otros momentos, con la ayuda del padre o de otros familiares que te liberen de otras tareas. Así no romperás de golpe ese vínculo tan especial que implicaba la lactancia materna.
¿Qué ocurre con el excedente de leche cuando dejas de dar el pecho?
Normalmente, tu cuerpo se encarga de absorber el excedente de leche cuando dejas de dar el pecho de forma progresiva. Sin embargo, para evitar mastitis, si se endurece un área debido a una obstrucción mamaria, puedes masajearla cuidadosamente con la mano mojada o untada de aceite.
Ahora bien, si el destete se ha producido repentinamente porque tu bebé así lo ha decidido, es mejor que uses un extractor de leche cuando sientas que tus pechos están llenos, pero sin vaciarlos del todo, para sentir alivio y también para que tu cuerpo se adapte más rápido.
Por otro lado, hay quienes recurren a una mezcla de té de hierbas de salvia y menta de forma periódica cuando quieren reducir la producción de leche materna, pero, si vas a hacerlo, lo aconsejable es que consultes antes con tu médico o comadrona.
Dejar de dar el pecho con pastillas
En algunos casos, para dejar de dar el pecho, tu médico te puede prescribir unas pastillas para inhibir a la hormona prolactina, encargada de producir la leche materna. Sin embargo, no es un tratamiento milagroso – bloquea los receptores de prolactina, pero muchas veces se sigue produciendo leche– y, además, tiene efectos secundarios, como todo medicamento.
Por tanto, si puedes decidir cuándo dejar de dar el pecho, lo ideal es que lo hagas progresivamente y siguiendo las recomendaciones que te hemos dado anteriormente.
En caso de que sea tu bebé quien decida el destete, recuerda que debes respetar su decisión, seguir dándole todos tus mimos e ir reduciendo la producción de leche poco a poco.